Cada vez tenemos en nuestras manos menos invitaciones en papel, y ya no recibimos cartas que podamos guardar y se pongan amarillas con el paso de los años, como cantaba Nino Bravo. No sé si alguna vez os ha pasado encontrar en el fondo de un cajón alguna carta, invitación o entrada de un concierto que te hiciera recordar cosas maravillosas. Por ese motivo, debemos recuperar esas pequeñas cosas que tan felices nos hacían.
viernes, 19 de abril de 2013
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