Ayer, hoy y mañana nuestro pecho tiene un gran lazo rosa, para recordarnos que somos solidarias, fuertes, necesarias y sobre todo ... vulnerables. Empecemos por dejar de mirar de reojo a las compañeras que llevan pañuelos o pelucas en su cabeza como si fuera un estigma, y cambiémoslo por una sonrisa que diga "cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reir".
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